Pelicans soñó otra noche

(20 / abr / 2024) – Este blog vive para el mes de abril. Ese momento en que la NBA se divide en dos: los que sueñan con jugar en playoffs; y los mayores que se visten de corto. Este año New Orleans entra en el segundo grupo.

La temporada pasada Pelicans sufrió un trastazo enorme con la eliminación en play-in por parte de Thunder. Una temporada donde el equipo llegó a ser líder de conferencia en algunos tramos. Fue duro. Muy duro.

El destino ha querido mostrarse benévolo, puñetero y revanchista. Nos ha puesto a huevo una primera ronda contra OKC para cobrarnos la venganza. Pero nos hemos quedado sin Zion; y el sufrimiento en el play-in ha sido extremo.

Ahora solo queda disfrutar. La baja de Williamson lo marca todo. Más allá del juego, pues se ha visto en la victoria de la repesca contra Sacramento Kings que el equipo puede ganar sin Zion, y en la cancha, en algunos momentos todo es más fluido. El problema es el golpe moral, la ausencia de un líder carismático. Uno de verdad; Brandon Ingram transmite lo mismo que un busto de mármol.

UNA TEMPORRADA CASI-PERFECTA

La estructura de Pelicans ha quedado clara. Eso es un alivio, pero también un techo que oprime cualquier aspiración para las próximas dos temporadas.

Zion jugó 70 partidos de liga regular. Estuvo bien (22,9 pts.; 5,8 rbts.; y 5 asis.). Pero ese parece ser su límite físico. Una exigencia extrema en el play-in hizo que se rompiese.

Ingram también es flor delicada. 64 partidos, y la sensación de que necesita todo de cara para rendir. CJ McCollum sale a torear cada noche con 32 años. Lo hace de lujo, volvió a estar en 20 pts. por partido, pero no será eterno.

Otro veterano -y que estéticamente parece estar más cascado- (31 años), Jonas Valanciunas, ha hecho una gran temporada. Pero ya no puede dar más de sí.

Y aquí llega el problema. Hay una cuadrilla de guerreros que dan estabilidad (Jose Alvarado; Naji Marshall y Larry Nance Jr.); y dos tipos que ya se han asentado: Herb Jones y Trey Murphy III. Más dos jóvenes que prometen mucho: Dayson Daniels y Jordan Hawkins.

Hay equipo, y este año han respondido todos. Si no hubiera sido por un mes de marzo lamentable, se habrían ahorrado muchos dramas. Pero ese es el techo, y esa es la realidad: los mimbres de este equipo no dan para una final de conferencia. 

Ingram y Zion, tal y como son, no dan para más. Ya es mucho más que todo lo que se ha tenido en los 11 años que llevo siguiendo a Pelicans. Nunca he disfrutado tanto con este equipo, y todavía quedan algunas noches locas. El verano será largo. Ahora toca disfrutar.


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