Sin Zion no hay fiesta


(29 / ene / 2023) - El 3 de enero se lesionó Zion Williamson. En ese momento New Orleans Pelicans era un remanso de paz y amor. El equipo enganchaba rachas de 5 y 6 victorias consecutivas en diciembre, y la Conferencia Oeste tenía nuevo gallo en el corral. Pero todo eso se ha ido al carajo.

Desde entonces la franquicia de Luisiana ha jugado 13 partidos, y el balance no puede ser más demoledor: (3-10). Eso incluye una última racha espectacular de 7 derrotas. Y lo peor, si es que hay margen para eso, es que se ha perdido contra equipos de todo tipo de pelaje. Orlando y Washington; o rivales más o menos directos en la lucha por playoffs como Wolves. Y es que va siendo hora de volver a ser realistas y centrar objetivos.

Es probable que Pelicans empiece febrero fuera de playoffs. Y lo peor, de nuevo, es que está a un suspiro de estar, incluso, al margen del play-in con un Oeste ultraapretado. Y todo esto con el temor de que Zion no regrese a tiempo y Brandon Ingram no sea capaz de ocupar su lugar.

LOCURA DE TEMPORADA

Lo extraño en toda esta situación de New Orleans Pelicans es que no todo se puede atribuir a las lesiones. O, al menos, a las lesiones del equipo en su conjunto más allá de la propia ausencia de Zion. Es decir, el verdadero problema del equipo parece más de bloqueo mental en estos momentos, que de puro juego.

Es cierto que el equipo empieza a ser el ‘pupas’ de otros años. Y los números lo demuestran. Ingram (33); Zion (21); Herbet Jones (16); Larry Nance (10); y CJ McCollum (5). Ese es el volumen de partidos que se han perdido los principales jugadores del equipo.

¿Larry Nance? Sí, no es una joda. Y es que, precisamente, lo que llevó a New Orleans a ser primero del Oeste durante bastantes días fue que todos, y eso incluye a todos de verdad, han rendido por encima de sus posibilidades. Aunque este también puede ser un factor de hostia y vuelta a la realidad.

En todo caso, las lesiones y los periodos de reentrada, como el caso de Herb Jones, que está muy por debajo de lo que se esperaba; o lo que puede suceder ahora con Ingram, deja a Pelicans en una situación peligrosa. Y no debe haber miedo a decirlo, porque hasta que vuelva Zion, y vuelva la cabeza de diciembre, todo puede ir a peor.

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