Pelicans y la vida sin Zion


(10 / abr / 2022) - New Orleans Pelicans volverá a estar sentado en la mesa con los mayores. De momento será solo para el aperitivo; pero lo hace sin su nº1 del Draft, un equipo en plena reconstrucción y donde no se sabe si toca cimentar o revolucionar.

El equipo de Willie Green ha realizado una gran campaña. Punto. El análisis frío y objetivo debe ser ese. Sin saber muy bien qué sucede con Zion Williamson, y cuál será su futuro, Pelicans ha sabido poco a poco, y sin perder el ritmo, terminar en puestos de play-in. Lo que suceda el miércoles frente a San Antonio Spurs no debe nublar lo que se ha conseguido, y de la manera en la que se ha conseguido.

Y mucho menos se debe creer que, llegados a este punto, se debe exigir más a New Orleans. Si se gana al equipo texano, fenomenal; si luego hay capacidad de competir contra Wolves o Clippers, mejor todavía; y se si consigue entrar en play-off y sacarle un partido a Memphis (equipo que me tiene loco y desconcertado), ya sería el colofón a una temporada sobresaliente. Volvamos a recordarlo: el nº 1 del Draft no está.

Pero como no se puede vivir de lo insustancial, aquí viene la valoración de la campaña 2021/22 que, repito, califico de muy buena.

EFECTO CJ

La temporada ha estado marcada por la llegada de CJ McCollum desde Portland vía traspaso. Se perdió a Josh Hart en la operación, un exterior muy cumplidor, pero se consiguió renovar el equipo, sacar a Nickeil Alexander-Walker y, lo más importante, incorporar a un all-star pata negra -y con años- para empezar a aspirar a pequeñas cosas. Eso sí, lastrado siempre por la inestabilidad de futuro que otorga Zion Williamson.

Aunque la llegada de CJ fue extraña: 4 derrotas en los primeros 5 partidos. Todo hacía indicar que Pelicans volvía a la casilla de salida. Pero no fue así. Llegó el mes de marzo, y todo empezó a fluir: 24,8 pts. por partido, y victorias.

En ese mes de marzo, y pese a perderse bastantes partidos por lesión, Brandon Ingram se empoderó del “efecto CJ”, y en los 5 partidos que estuvo, se ganaron cuatro y se fue hasta los 29 puntos de media. Esto tomaba otro color, y de paso demuestra que es el all-star que necesita la franquicia. O al menos el que tiene.

Y en ese mes de marzo, clave para que Pelicans haya dado con sus huesos en el play-in, el gigante lituano volvió a estar inmenso, como toda la temporada. Jonas Valanciunas estuvo en el mes de inicio de la primavera con 18,5 puntos y 11,7 rebotes. Pero más allá de los números, dejó la sensación de que se puede contar con él como un jugador de élite en los momentos más complicados.

EFECTOS HERBERT

La temporada de Pelicans ha sido tan buena, al menos en comparación con muchas de la última década, que todos los efectos han sido positivos. En la línea de secundarios la gran referencia ha sido el novato Herbert Jones. Un jugador que tiene un anillo en su poder, y todavía no lo sabe. Quizá no sea con Pelicans, pero es un jugador llamado a grandes cosas. Ha generado sobre sí mismo un rol de gran defensor, y aunque pueda parecer que en la actual NBA los jugadores de rol han desaparecido, Herb ofrece lo que un equipo necesita para ganar.

Los otros dos que han tenido un comportamiento muy bueno han sido Willy Hernangómez y Jaxson Hayes. Del español se espera que haga lo que hace: salir, anotar, pasar el trago en defensa, y ser un jugador interesante de banquillo. Del hombre de la Universidad de Texas, con tres años en la liga, siendo los dos primeros un gran chasco, ahora resulta que ‘coach Green’ le ha reinventado como alero alto, y ha empezado a rendir algo más. Es pronto para pensar que este jugador pueda dar más de sí, pero el físico le tiene. Y si consiguen que sea capaz de rendir en cancha… algo que habrá ganado. 


En cuanto a la rotación, Devonte’ Graham ha tenido altos síntomas de dignidad; y Jose Alvarado ha demostrado que puede ser un tercer base cumplidor. Esta palabra en Pelicans es mucho más de lo que se ha tenido durante años. Incluso el otro novato, Trey Murphy III ha entrado en la rotación hacia final de temporada y ha asomado lo que se espera de él, que no es poco.


EFECTO ZION

Sobre el ‘gordo’: temporada en blanco y un marrón que remendar este verano. Lo mejor para Pelicans ahora mismo sería sacarle del equipo, conseguir un all-star, y pensar en grandes cosas para el presente inmediato, con Ingram-CJ-Valanciunas, y ese otro jugador que metería de lleno a New Orleans en la mesa con los mayores. De verdad.

Y es que en este momento Zion solo aporta dudas e incertidumbre. Sus números como hombre sano han sido meritorios. Pero ya ha entrado, con 21 años, en esa fase en la que se ha perdido más partidos por lesión de los que ha jugado. Y en estos momentos nadie garantiza que vaya a ser un jugador mínimamente aceptable para los próximos años. Así que más vale pelícano en mano que ciento volando.

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