Pelicans: la nada


(8 / dic / 2019) - En la primera semana de diciembre, después de una veintena de partidos de liga regular en la NBA, New Orleans Pelicans solo tiene por detrás en la Conferencia Oeste a Golden State Warriors. Poco más que añadir. Y su récord negativo de derrotas, 8 consecutivas, solo es superado por las 9 de los Knicks. Menos que decir.

Ante este panorama, hace unos días leía un artículo demoledor en Nola.com, un medio local de la ciudad. Era muy claro en su primera línea: "Estos Pelicans no eran lo que nos habían vendido". Esta frase me trae a la cabeza a todos esos que decían a principio de temporada, aquella fecha tan lejana de hace 50 días, que New Orleans tenía un equipazo.

Un servidor, que ya lleva varios años siguiendo al equipo, y más allá de caras parece que hay un halo perdedor que cubre toda la franquicia, me apresuré a decir que el equipo había quedado bastante normalito. ¿Podía generar ilusión? Claro, y más con el número 1 del Draft. Pero aquí empiezan las bromas y las excusas.

EXCUSÓMETRO

Zion Williamson no ha debutado; y no se le espera. Derrick Favors se ha perdido 14 partidos. Entre Lonzo Ball y Brandon Ingram ha sumado 12 bajas; y el nivel de Jrue Holiday, como señalan en el anterior artículo, no es ni mucho menos el de MVP de la temporada regular que se quería vender. Dan ganas de reírse. Es un jugadorazo. Pero uno al que han pintado la cara esta semana Chris Paul, Ricky Rubio y Luka Doncic.

Asimismo, nos encontramos con los mejores Mavs de los últimos años. La última derrota (130-84), la que me lleva a escribir estas líneas, es puro sonrojo. Houston también está bien; y, lógicamente, jugar contra cualquier equipo del Oeste supone mostrar las costuras.

Así, todo son excusas. Baratas, la mayoría de ellas; pero que dibujan la realidad de estos Pelicans. La de un equipo en reconstrucción sin su número 1 del Draft y con su estrella ¿Ingram o Holiday? como un jugador mediocre.

¿ALGUNA ESPERANZA?

Para no hacer más sangre, intentemos ver el lado positivo... pero no existe. El italiano Nico Melli, que empezó aportando, ha ido cuesta abajo, como el propio equipo. El novato Nickeil Alexander-Walker, que reventó en los partidos de verano (jaja), empezó con 5/21 en triples los cinco primeros partidos. Jahlil Okafor, además de perderse 9 partidos, no es el pivot resurgido que todos creían.

La única medio sorpresa, y por necesidad, es la actuación de Jaxson Hayes. El espigado 'center' ha tenido que salir y fajarse. Pero su peso pluma le permite ser fiable del cara al aro, generalmente cuando está solo; pero algo es algo.

Ante este panorama, y a principios de diciembre, uno ya no sabe cómo afrontar la situación.

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