Y por fin soñamos


(15 / abr / 2018) - Sigo a New Orleans Pelicans desde hace cuatro años. En concreto cuando dejó atrás la era Hornets y pasó a tener la denominación de este ave tan característico del sur estadounidense. En este tiempo solo había tenido una presencia en playoffs. Se resolvió contra Warriors por la vía rápida.

Desde entonces la travesía por el desierto ha sido dura. Tanto, que ni siquiera la llegada de DeMarcus Cousins significaba realmente un punto y aparte; o, esa sensación de que algo podía cambiar de verdad. Aunque por fin esta temporada ha cambiado ese chip.

De entrada, en orden cronológico inverso, primera victoria en playoffs (desde que sigo a esta franquicia). Ha sido contra Portland en el primer partido de la serie. Y ha costado. Mucho. Ha sido al estilo Pelicans, con altibajos; buenos momentos, bajadas de persiana temporales; y, cómo no, un excelso Anthony Davis.

Pero todo empezó hace nueve meses. En primer momento se vio que la llegada de Cousins sí provocaría un cambio real en la franquicia. Se trata de una verdadera estrella de la NBA. Un jugador diferente, a veces demasiado, pero que finalmente puso a Pelicans el cartel de "equipo a estar en playoff casi-por-obligación".

Luego llegó la resurrección de Rajon Rondo; y, lo más importante, la reentrada en la élite de Jrue Holiday. Un tipo, no olvidemos, que fue All-Star cuando estaba en Philadelphia. Posteriormente se fueron Omer Asik y Dante Cunningham, algo que debía haber pasado hace años... y así un acierto tras otro.

EL MIEDO TRAS COUSINS

En un buen momento de Pelicans, con chorreo a Houston incluido, Cousins se rompió el tendón de Aquiles. En los siguientes seis partidos, cinco derrotas. Parecía que otro año más Pelicans se quedaría fuera de playoffs. Pero de repente todo cambió.

Llegó Mirotic; E'Twaun Moore mantuvo un buen nivel; Darius Miller seguía aportando; incluso el joven Cheick Diallo entraba en la dinámica del equipo. Definitivamente la lesión de Cousins no fue un trauma. Pelicans seguía la progresión.

Hay que destacar que le ha beneficiado la igualdad del Oeste, el bajón de Spurs, las lesiones de los demás (ya no solo las nuestras)... en definitiva, todo de cara para que el equipo entrenado por Alvin Gentry esté donde debe estar.

Ahora solo queda soñar (con pasar de ronda) y disfrutar de los playoffs, aunque pueda ser un viaje corto. Lo importante era que Davis desde dentro; y Cousins desde fuera, vieran que Pelicans es una franquicia en la que merece la pena estar. De ahí la importancia de seguir adelante y plantar cara, aunque se la rompan, a los Warriors dentro de dos semanas.

Por fin soñamos...

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