La muerte del romanticismo en el basket moderno


(16 / ago / 2016) - No hay discusión: los jugadores de baloncestos son profesionales de lo suyo, y, como cualquier otro trabajador, atienden a sus necesidades personales y laborales. Por lo tanto, no hay judas, ni peseteros, ni vendidos. Solo profesionales.

Pero que sean solo profesionales no quiere decir que el baloncesto, y en general el deporte de alto nivel, hayan perdido grandes dosis de romanticismo. Ese que te lleva de la cuna al hoyo animando al mismo equipo. Jugadores que flirtean con ser mitos, alineaciones conocidas de memoria y memorias apoyadas en alineaciones.

Esta tragedia moderna la vive en estos momentos el Barcelona Lassa (y todos los equipos de la Liga Endesa están igual -más o menos-), donde en las últimas cinco temporadas han dejado el equipo más de 20 jugadores, y ha llegado otro puñado de rostros nuevos. Retrocediendo (solo) cinco campañas atrás, la irrealidad ha consumido al Barça. Cada temporada media plantilla se va. Llega otra media (que vuelve a irse en uno o dos años) … y vuelta a empezar. La situación para el aficionado no bufandero empieza a ser extraña. La identificación con un deporte que, pese a colectivo, puede enganchar por lo individual, queda rota.

Kostas Papanikolau, Tomas Satoransky, Maciej Lampe, Nathan Jawai… muchos motivos, causas diferentes, situaciones complicadas… sea como sea, el baloncesto, el Barça y el deporte tienen un problema.

UN BAILE DIFÍCIL DE ENTENDER 

En verano el baloncesto se juega en los despachos. Y aquí, el Barça, a diferencia del Real Madrid, lleva unos años sin saber qué hacer, dónde mirar y cómo avanzar.

Temporada 2012/13 

Después de ser campeón el año anterior, revolución total ¿innecesaria? Se marchan Fran Vázquez, Boniface N'Dong, Chuck Eidson y Kosta Perovic. Grandes titulares que habían formado parte del Barça exitoso de esos años.

Llegaron Ante Tomic, Nathan Jawai, Alex Abrines y el veterano Jasikevicius que andaba de vuelta.

Temporada 2013/14 

Sin ACB ni Euroleague, tocaba mover la plantilla. Se fueron Joe Ingles, CJ Wallace, Nathan Jawai y Mavrokefalidis.

Las incorporaciones parecían ilusionar: Nachbar, Kostas Papanikolau, Joey Dorsey, Pullen, Maciej Lampe, y la llegada al primer equipo de Hezonja.

Temporada 2014/15 

El Barça gana la ACB, pero cae con estrépito en la Euroleague contra el Madrid. Europa empieza a ser una obsesión. Nueva limpia en el equipo. Se van Pullen, Víctor Sada, Papanikolau, Todorovic y Dorsey. Empieza a ser un problema que algunos jugadores salgan y entren sin conocer cuál puede ser su rendimiento.

Llegan Satoransky y Justin Doellman para solucionar todo. Junto a ellos, Pleiss y DeShuan Thomas.

Temporada 2015-16 

El año anterior, derrota muy dolorosa en la final de la ACB contra el Madrid, y ni rastro en la Final Four. De nuevo, por diversos motivos, limpieza profunda. Salen Marcelinho Huertas, Edwin Jackson (que llegó a mitad del año anterior), Hezonja, Nachbar, Pleiss y Lampe.

La puerta de entrada aumenta su tamaño a golpe de euros. Llegan Carlos Arroyo, Pau Ribas, Perperoglu, Vezenkov, Samardo Samuels y Lawal.

Temporada 2016-17 

Nueva derrota la campaña anterior frente al Madrid en ACB (1-3) y de nuevo fuera de la Final Four. Con Creus lejos de la dirección técnica, alguien ha pensado que su línea de cambiar la plantilla cada año es la acertada. Salen Alex Abrines, Samuels, Carlos Arroyo y Satoransky.

Por el momento llegan Tyresse Rice y Víctor Claver, ¡Claver!

¿ALGUIEN AL VOLANTE? 

Empecé a seguir al Barça, más o menos, allá por el año 1996. Justo con la llegada de Sasha Djordjevic. Me parecía un tipo fascinante. Su manera de anotar, de dirigir el equipo. El carácter que imprimía...

Mi padre era merengón. No veía con buenos ojos que me "pasara" al eterno rival. Pero eso ya estaba decidido. Después Gasol, Navarro, Bodiroga, Basile, Pete Mickeal… cada uno elige sus momentos y jugadores para saber por quién siente más simpatía. Y es que, pese a que el baloncesto es un deporte de equipo, en muchas ocasiones un solo jugador puede entusiasmar, emocionar y generar toda clase de sensaciones.

Por eso, que en cinco temporadas el Barça haya firmado más de 40 altas y bajas es una locura. Tal cual. Además, una locura que se ha demostrado ineficaz a la hora de alcanzar títulos. Y si encima consiguen que los aficionados dejemos de sentirnos identificados con jugadores que mañana estarán, pero pasado (con toda probabilidad) no, deja de tener aliciente.

No quiere que me equipo gane siempre. Quiero que los jugadores a los que sigo ganen. Eso es un poco este deporte.

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