Pelicans: Fríos y sin personalidad


(6 / ene / 2015) - Sin hacer comparaciones, que ya sabemos que las carga el diablo, cuando salen a la palestras estilos de juego en la NBA que hayan sido reconocibles a lo largo de la historia, siempre aparecen los “Bad Boys” de Detroit o el “Showtime” de los Lakers. Es más, rebuscando en tiempos presentes, todos asocian el espectáculo y la anotación con Warriors, lo “rocoso” con Atlanta, lo defensivo y tacañón con Memphis, la solidez con Spurs… 

Pues bien, ¿cuál sería el estilo de New Orleans Pelicans? Nada, no se nos ocurre nada… Entonces, correcto. El equipo conducido por Monty Williams juega remando en la desidia. Si va ganando (+10) hace exactamente lo mismo que cuando pierde (-10). No hay cambios en la actitud defensiva, ni en el ataque, ni tampoco en la rotación por parte del entrenador. Todo parece orquestado de tal manera que si el balón entra, ganan; y si un día no entra, pierdan.

El consuelo podría venir de la mano de otras franquicias. Es decir, apenas media docena tienen un estilo personal que han ido gestando en los últimos años, pero como digo, eso no me sirve de excusa. La realidad ante New Orleans es dura porque el problema nace, crece y se reproduce con los jugadores y el entrenador. 

Sin que tampoco sirva de excusa el estado de forma paupérrimo de Omer Asik y Eric Gordon, tal y como profundicé en SomosBasket, la cuestión es que parece un equipo sin corazón, sin alma, ¡sin sangre! No hay protestas, no hay tanganas, nadie agita la toalla en el banquillo. El último partido frente a Wizards, pese a que era un rival duro, es un ejemplo de lo que está sucediendo en este equipo sin espíritu. Abajo en el marcador desde el primer minuto hasta el final. Con diferencias entre los 2 y 10 puntos, pero con una alarmante falta de intensidad cada vez que se acercaban al equipo capitalino. 

17-17 como balance, 5-5 en los últimos 10 partidos. No es casualidad, es la forma de ser de un equipo que gana a Houston dos veces en el último mes, siendo uno de los conjuntos más en forma, pero de camino se deja una derrota penosa frente a Indiana. Parece como la asunción de una indolente cobardía. Aceptar quedar 9º o 10º y seguir creyendo que el equipo tiene margen de mejora. 

Pues que lo olviden. Jrue Holiday es un base excepcional. Podría estar entre los 5 mejores de la NBA, y no exagero. Pero le falta corazón, rabia, dar un golpe en la mesa. Lo mismo sucede con Anthony Davis, líder estadístico, pero nada más. Y así sumamos y sumamos… Asik y su tremebunda falta de actitud, Tyreke Evans y su mirada de “esta película no va conmigo”, Ryan Anderson con “estoy buscando otro equipo”. Si a eso añadimos un vestuario sin jugadores veteranos, John Salmons es el mayor, pero es un chiste, pues tenemos una combinación perfecta para no conseguir nada. 

El calendario de enero es una joya para dar un paso al frente. Boston, Detroit, 76ers, Lakers, Wolves, Denver, otra vez 76ers… Definitivamente si de la gira por el Este (6 partidos) no sacan 5 victorias... Adiós PlayOffs, y adiós todo. 

Por: Raúl Masa (@RaulMasaBasket)

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