Diario de una Final (#Game2)


9 / jun / 2014

Por mi edad, lógicamente, no he visto jugar en directo a Kareem Abdul-Jabbar, Bill Rusell, Magic Jonhson o Larry Bird. Llegué al segundo ciclo de anillos de Michael Jordan, pero cuando trasnochar solo estaba permitido el día de Nochevieja. Por lo tanto no fue hasta los Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O'Neal cuando perder las noches viendo NBA se convirtió en rutina. 

Supongo que todo eso lo suple poder ver, y por partida doble, a dos jugadores que también marcarán leyenda, pese a que en estas finales uno la agrandará más que el otro dependiendo de quién gane. Se trata de Tim Duncan y LeBron James, aunque como es de justicia rendir tributo al que ganó el segundo partido, en esta ocasión toca ensalzar la figura del “Rey”, porque simplemente hizo algo que es muy difícil de hacer: controlar un partido.

En esta segunda crónica del Diario de una Final, hay una curiosidad, y es que el hilo argumental de inicio es el mismo: una fotografía que lo marca todo, y un Duncan de leyenda que finalmente es eclipsado por LeBron, y en esta ocasión por desgracia para él, con derrota de su equipo. Pero vayamos por partes. En cuanto a lo frío y aséptico, es decir, los datos, miren por donde se miren dan miedo: 35 puntos (3/3 en triples), 10 rebotes, 3 asistencias y 2 robos

Parece surrealista decirlo, pero a la hora de analizar el partido de LeBron James y la victoria de sus Heat, lo de menos son los números. Bien es cierto que le costó entrar en el partido. Quizás la sombra en forma de calambres del último día, o simplemente porque San Antonio salió como un tiro y ante eso poco se puede hacer, el alma y corazón de Miami asistía impotente a un partido en el que gracias a los secundarios (mención especial para Bosh durante todo el encuentro) los de Florida no perdían el ritmo. 

Pero poco a poco el Rey comenzó a desparramar tiranía y es cuando uno se congratula de estar viendo en directo a un jugador que, sin duda, entrará en el elenco de esos citados al principio del texto. Así, de forma despótica y una inteligencia de juego solo apta para quienes están llamados a ser leyenda, LeBron no solo era un martillo pilón golpeando el aro rival, sino que hacía mover al equipo a su antojo, reboteaba como el que más, y demostraba que ahora mismo nadie puede con él. 


Se trata de una exhibición en toda regla. Ni un “pero” del más osado puede deslucir una actuación que ya queda bien guardada en las hemerotecas de la NBA. Esa manera de ser dominante en las dos zonas, manejar el equipo, decidir quién tira en cada momento, hacer jugar a sus compañeros al son que necesita el encuentro… sin duda solo algo al alcance de los elegidos

En cuanto a la serie, (1-1) y viaje a Miami. Mis sensaciones siguen siendo las mismas, y tras esto se refuerzan: los Heat son favoritos, y SAS tras haber perdido el partido de ayer deja las finales sin factor cancha y demostrando que el “at&t Center” no es un reino inexpropiable para LeBron. Dando por hecho que el, de momento, espeso Wade puede aparecer en algún partido, y que Chris Bosh por fin a llegado, a James le quedan otro par de recitales casi seguros. Por lo tanto, San Antonio debe reencontrar esa magia de pase extra y empezar a implicar a más jugadores. Sin Leonard por el momento, y un Danny Green que no termina de aparecer, dejar todo en las espaldas de Duncan y Parker, y lo que haga el voluntarioso (pero chupón) Ginobili puede sonar a insuficiente. 

Por: Raúl Masa (@masabasket9)

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