Los años oscuros de Sergio Rodríguez


8 / abr / 2014

Cuando el viento sopla de cara lo mejor es no mirar atrás. ¿Para qué? Además de que te encontrarías el viento en contra, de nada sirve lamerse las heridas que incluso ya han podido cicatrizar. Esta parece ser la consigna del actual jugador del Real Madrid, Sergio Rodríguez, que amén de estar haciendo una temporada inmensa, desde hace unas semanas está en plena ebullición mediática, más si cabe, tras la emisión del último ‘Informe Robinson’ de contenido baloncestístico donde él era el protagonista. ¿Pero siempre ha sido todo de color de rosa? 

Hace unas semanas que puede ver el documental. Como siempre lleva el sello inconfundible que Michael Robinson ha sabido darle a este género televisivo que entre tanta basura surge con fuerza. Como cualquier espectador y seguidor de baloncesto, sé que Sergio Rodríguez tuvo un ascenso meteórico, pero que igualmente dura fue su caída al llegar a la NBA. No se trata de justificar nada, ni de menospreciar las dos últimas temporadas que está haciendo, sobre todo esta campaña, pero sí quizás, entre tanta locura colectiva, ver de dónde viene el “Chacho” y por qué podemos esperar de él todavía grandes cosas, aunque para ello tenga que seguir trabajando.

En estos momentos, si hiciéramos una foto fija, no cabe duda de que Sergio Rodríguez está muy cerca del nivel de los más grandes de Europa en el puesto de base. Seguramente habrá quien diga que es el mejor, pero esa afirmación desde mi punto de vista es errónea. Esto es así porque para “ser el mejor” tendría que haberlo “sido” en tres o cuatro temporadas como mínimo, y por desgracia, de momento, eso no es así. 

Con esto no quiero quitar ni un ápice del mérito que tiene Sergio Rodríguez y dónde ha llegado. Pero tras revisar el documental, y poniéndome en alerta @eudardomasa, es cierto que para el “Chacho” el camino solo ha comenzado, aunque con la edad que tiene (27 años) no lo puede demorar más si quiere entrar en ese ramillete para optar a ser “el mejor”.


Numéricamente todo se traduce de la siguiente manera: durante su estancia en la NBA, un total de 4 años, las cifras son desoladoras. Jugó una media de 13,2 minutos entre los equipos en los que militó. Pero su salto a Europa, hasta llegar a ser el jugador que es, tampoco ha sido sencillo. Si hacemos la media en la Euroleague durante sus tres primeros años (2010-13), tenemos un total de 7 puntos y poco más de 4 asistencias

Si eso lo extrapolamos en el mismo periodo a Diamantidis (10,7 pts. 5,6 asis. y 3,6 rebs) y Spanoulis (15,2 pts. y 5,2 asis.), más los logros individuales y colectivos, nos damos cuenta de que Sergio Rodríguez está empezando a situarse en ese nivel. No obstante, para estar entre ellos debe: ganar el máximo título europeo, y estar durante tres años a ese nivel. Una vez que haya llegado a eso podremos empezar a hablar con total autoridad sobre uno de los mejores bases del baloncesto español y europeo. 

Hasta entonces, esos años oscuros de Sergio Rodríguez me hacen pensar que todas las loas y reconocimientos, que si bien son merecidos por el juego que está desplegando esta temporada, todavía me parecen un poco aventurados para elevarle a los altares del baloncesto en el viejo continente. Puedo entender que jugadores como Pau Gasol, Juan Carlos Navarro o Felipe Reyes, con 6 años más que él en el carnet de identidad, estén ya empezando recibir ciertos honores, pero en lo que respecta al canario, algo me dice que su mejor baloncesto todavía está por llegar, y si no llega, al final se habrá inflado un globo de apenas un par de buenos años en un jugador que empezó como profesional ante de los 20. Las dos próximas temporadas serán el verdadero termómetro de Sergio Rodríguez, a nivel individual y colectivo, para medir de verdad qué lugar ocupa en la memoria colectiva de los aficionados. 

Por: Raúl Masa (@masabasket9)

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