26 / ene / 2014
¿Hasta cuándo un jugador deja de ser joven para convertirse en presente y no futuro? Con 24 años cuando finalice 2014, ¿Ricky Rubio seguirá siendo un jugador con una inmensa proyección de futuro?, ¿o el actual base que vemos será la realidad? No se trata de ser alarmista, cosa que en este bello país nos encanta. Pero quizás haya llegado la hora de plantearse seriamente hasta dónde puede llegar Ricky Rubio, si merece la pena seguir esperando, o será mejor que los aficionados nos acostumbremos a esto.
Los números, pese a que siempre hay que cogerlos con la diligente precaución, exponen realidades muy elocuentes. Durante el mes de enero, el base de los Wolves jugo un total de 15 partidos, con una media de 29 minutos y solo en cuatro de ellos consiguió llegar, o sobrepasar, los 10 puntos. Si atendemos al presente más inmediato, en lo que llevamos de febrero, Ricky ha jugado 11 partidos, realizando un 6/17 en triples para quedarse en un curioso 35%.
Jugando este último mes más de 30 minutos por partido, el base catalán se ha quedado cuatro partidos sin tirar ningún triple, y en otros seis partidos, Ricky ha lanzado menos de 10 tiros a canasta. Así, en este mes de febrero los números de Rubio se quedan en 10.5 puntos y 10.1 asistencias. ¿Buenos, malos o regular?
¿Todo consiste en tirarse 15 tiros por partido? Ni mucho menos, pero quizás el base de los Wolves está tensando mucho la cuerda con el asunto de las asistencias, se un “placer team” y todas esas cosas que al final solo ofrecen la imagen de un jugador que no ha sido capaz de llegar a más. He sido el primero en defender a Ricky en más de una ocasión. Es más, en la BIO de este Blog tengo puesto bien claro que yo confío mucho en el ex del Barça y creo firmemente en que será una estrella.
Pero como digo, no son solo los números. Cierto es que no he visto todos los partidos de Rubio esta temporada como para hacer una valoración 100% objetiva, pero por lo menos una decena sí he visto, y la sensación que transmite, al menos a mí me lo parece, es que sus compañeros poco a poco van viendo en Ricky un lastre a la hora de atacar o resolver los partidos. ¿Es un mal jugador? Insisto, no se trata de eso, sino de lo que transmite a los demás jugadores cuando está en la cancha, y en estos momentos es inseguridad.
Cuando corren el contrataque, cuando todo es un caos, no cabe duda de que Ricky Rubio es el mejor. Se defiende como nadie en estos casos, y de hecho muchas veces hace que el equipo juegue así, pero qué sucede cuando eso no pasa. Pues balones doblados cuando pasa por debajo del aro, pase extra estando liberado en el triple… Y todo eso va calando en su cabeza con un lento goteo que le ha llevado a transformar un problema del juego en un conflicto interno sobre su capacidad anotadora.
En lo que va de temporada, y con su lesión ya olvidada, en un equipo que pese a ser construido para entrar en ‘play offs’ le está costando, pero tiene opciones, y lo más importante, jugando 31.5 minutos de media, Ricky Rubio solo ha conseguido superar la cifra de 20 puntos en dos encuentros. 57 partidos demostrando que su cabeza no está bien, que la muñeca no le responde, que tiros fáciles los está fallando, que sus compañeros se sienten más a gusto con JJ Barea en ciertas fases del partido… ¿Este es el Ricky que nos espera?
Sinceramente ya no sé qué pensar. Esta temporada ya he escrito sobre él, pasan los meses y nada cambia, al revés, la situación se está complicando, y quienes creen que esto se pasa en un verano puede que estén equivocados. Ahora mismo Ricky Rubio, y ya tiene 23 años, no lo olvidemos, ha pasado de ser una estrella de futuro a un base solvente de presente. Tiene margen para mejorar, pero a veces la cabeza es el mayor obstáculo para el ser humano, si no logra combatir contra eso, puede que el base catalán tenga un futuro más incierto de lo que se preveía.
Por: Raúl Masa (@masabasket9)
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