31 / ene / 2014
El Barça no está bien. Lo dije en el mes de noviembre, y lo sigo manteniendo cuando febrero empieza a asomar la cabeza. Además, se trata de un mes en el que no se pueden hacer prisioneros, ya que la Copa del Rey llama a la puerta para elegir nuevo campeón y no hay más loas sobre el futuro que vendrá. Se está o no se está.
En este caso, por desgracia para los aficionados y el propio equipo, hay que ser sinceros y reconocer que el FCBarcelona no está. Me gustaría pensar lo contrario, pero después de cada partido tengo la sensación de que se podía haber jugado mejor, pero que finalmente nunca se hace. Además, es extraño, porque prácticamente los males están diagnosticados pero no se sabe aplicar el remedio con rectitud.
El primero de esos males era Lampe. Pues bien, el polaco fuera de la rotación. El segundo mal era encontrar un base que haga jugar a un elenco de “blanquitos flojos” que solo saben jugar de cara al aro y cuando el marcador es favorable. Pues bien, demos minutos y continuidad a Huertas. Por último, se trata de implicar al equipo en defensa cuando todo lo demás falla, y eso, poco a poco, se va consiguiendo.
No obstante, vamos a detenernos en el segundo punto, el tocante con Marcelinho Huertas, a la sazón, base titular. En el último partido de Euroleague jugado en Grecia contra el Panathinaikos, el base carioca se volvió a salir, como ya hizo frente a Fenerbahce, cuando el toque de corneta implica ponerse los galones y demostrar que el reconocimiento internacional no viene de la noche a la mañana.
Así, la cuestión es, si está claro que el base que puede dar algo de coherencia al equipo blaugrana es Huertas, ¿por qué apenas tiene una media de 22 minutos en pista en lo que va de ‘Top 16’ de la Euroleague?, ¿para no quemarlo? Bueno, teniendo en cuenta que la ACB a estas alturas es una competición menor, y que prácticamente da lo mismo quedar 2º que 3º, puesto que la cuestión es evitar a Real Madrid antes de la final, ¿por qué no tiene más minutos de calidad el brasileño?
Llegados a este punto ya no quiero ni hablar mal de Víctor Sada. De hecho, hasta le doy un voto de confianza, pero eso nunca debe ser óbice para que Marcelinho no sea el que dispongo con plena potencialidad de los mandos del barco azulgrana. Ya no se trata de números, ni de asistencias o ritmo de juego, se trata de que es la única manera de que jugadores como Nachbar o Tomic sean capaces de rendir algo.
La Copa del Rey está muy cerca, tanto que el próximo partido ya supone estar fuera o dentro para dar un golpe importante esta temporada. Hay miedo, lo reconozco, pero si la samba catalana está a su nivel y con el ritmo adecuado, tampoco hay por qué temer tanto.
Por: Raúl Masa (@masabasket9)
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