31 / may / 2013
Hace 8 meses hablaba de que había llegado la hora de Xavi Pascual. Raras veces acierto, pero en ese post casi adivine cómo sería la temporada del Barcelona Regal.
Final Four, una Copa del Rey, y luchando por hacerse con la Liga Endesa. Lo escribí justo después de la dolorosa derrota frente al Valladolid en casa. Eran los primeros pasos de la temporada y ya se podía describir la trayectoria de lo que sería el Barça en este curso baloncestístico.
Nathan Jawai, Erazem Lorbek, las trampas rejuvenecedoras que suponen Rabaseda, Abrines y Todorovic... Todo ha seguido el fiel guión de un equipo que debe renovarse. Pese a todo, hoy empieza en Barcelona la última escena de una temporada extraña que ha sido aderezada por una Copa del Rey con sabor a golpe al eterno rival, y poco más. Además, eso se devolvió de forma fría y premeditada en la F4 de Londres, así que empate.
Por lo tanto, y dando lo mismo todo, el Barça se la juega con un Gran Canaria que va ser mucho más peligroso de lo que todos piensan. Llega con inspiración, trabajo, y sabedor de que puede ganar al Barça, que no es una quimera, sino la realidad de un equipo sin miedo dispuesto a todo.
Los que creen saber algo del asunto dicen que se ha recuperado a Lorbek, que su buena actuación frente a Uxue Bilbao es la confirmación de que el genio esloveno vuelve a ser el de su época más determinante. Personalmente lo dudo, no me lo creo. Casi confío más en la estabilidad que le da al equipo Mavrokefalidis, que de otra cosa. Los cantos de sirena de Lorbek se apagaron en Londres, y salvo que vuelva a hacer otra serie de mérito, la confianza no es fácil de recuperar.
Así pues, balón al aire, y veremos hasta que punto se cumplen todas las profecías que marcan una final entre los dos eternos aspirantes, o por el contrario los canarios asaltan el Palau en busca de su historia.
Por: Raúl Masa (@masabasket9)
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