Carlos Cabezas ante su gran reto


2 / oct / 2012 - Raúl Masa 

Cuando falta muy poco para que este malagueño de pro cumpla 32 años, parece que por fin le ha llegado la oportunidad definitiva para ser el líder que maneje un equipo grande. Carlos Cabezas asume por primera vez en su vida el rol de base titular induscutible tanto en Liga Endesa como EuroLeague. 

Tras la pasada temporada en la que el base francés Thomas Heurtel demostró no estar al nivel de un equipo de élite, a Dusko Ivanovic no le ha quedado otra que entregar todos esos galones a Carlos. Así pues, tras más de una década como jugador de alto nivel, Cabezas no emerge tras la sombra de un base de su misma categoría, o superior. Y es que en los 10 años que anduvo por Málaga, siempre había alguien que parecía estar más capacitado para llevar el equipo boquerón. 

Mous Sonko, Pepe Sánchez, Bojan Popovic, Omar Cook, o incluso Raül López cuando se fue a jugar al Khimki ruso, lo que está claro es que el internacional español en todo momento ha tenido que compartir mucho protagonismo con cualquier otro base. Siempre en la cuerda entre ser titular, o un repuesto de lujo, pero nunca con la condición de director del equipo ante prensa, afición y rivales. 

Es más, no fue hasta la temporada 2007/08, tras seis campañas en el primer equipo, cuando empezó a disfrutar de más minutos que cualquier otro base. De ahí que sus números, que siempre han oscilado entre los 8 y 10 puntos por encuentro, con 2 o 3 asistencias, no reflejen la personalidad de uno de los mejores bases que ha dejado el baloncesto español. Hábil en el uno contra uno, y con una penetración a canasta digna de cualquier base americano, el malagueño ha sido un fijo en la selección hasta que los jóvenes talentos como Sergio Rodríguez o Ricky Rubio impusieron su ley. 

Pero todo eso es parte del pasado. Con 397 partidos en ACB a sus espaldas, Cabezas afronta un nuevo reto, su mayor reto. Tras el hueco que ha dejado el argentino Pablo Prigioni, no será fácil hacerse con el control de un equipo que de momento parece huérfano de ideas. Por lo tanto, y con todos los focos apuntando hacia su figura, el #16 baskonista deberá hacer bueno eso de que "nunca es tarde si la dicha es buena".

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